El estigma social sobre la Esquizofrenia

“ESQUIZOFRENIA” Ahhhhh…qué miedo!!! Por qué?

Se sabe que no todas las personas podemos saber de todo, y que incluso para algunos temas, podemos llegar a ser auténticos/as ignorantes. Sin embargo, no todo lo desconocido y novedoso nos provoca reticencia o miedo, porque por ejemplo si no sé lo que es el “Hipogonadismo”, ¿por qué no me dan miedo las personas con Hipogonadismo?.

Efectivamente con “Esquizofrenia” ocurre todo lo contrario, sin saber realmente en qué consiste nos asusta tan solo escuchar la palabra, e incluso, muchas personan creen saber lo que es, cuando en realidad tienen falsas creencias sobre dicho trastorno (según La World Psychiatric Association):

• Las personas con esquizofrenia son violentas y peligrosas.
• Las personas con esquizofrenia son impredecibles.
• Las personas con esquizofrenia son personas perezosas y poco fiables.
• Las personas con esquizofrenia son incapaces de tomar decisiones racionales sobre sus vidas.
• Las personas con esquizofrenia pueden contagiar su enfermedad a otras personas.
• Las personas con esquizofrenia son incapaces de informar sobre los efectos de la medicación o sobre cualquier cosa que les suceda.
• Las personas con esquizofrenia presentan un empeoramiento progresivo a lo largo de su vida.

Estas creencias están basadas en que culturalmente desde la antigüedad, los trastornos mentales se han relacionado con “posesiones demoníacas”, “brujería”, etc… y hoy en día, en algunos medios de comunicación y artes escénicas, se tiende a vincular las enfermedades y trastornos mentales con las conductas violentas y descontroladas. Sin embargo, solamente los/as individuos con un historial violento anterior a caer enfermos/as y los/as que no cumplen las prescripciones médicas (fármacos y terapias), son los/as que realizan conductas violentas. Dicho de otro modo, las personas con carácter violento no controlado, tendrán un comportamiento violento, tengan o no tengan un trastorno mental.

Sin ánimo de buscar culpables, se ruega no caer en el filtro mental, ese filtro que nos hace recordar a 1 asesino con esquizofrenia, y no, a los 9 asesinos sin enfermedad, ni trastorno mental. Recuerden que la violencia no está justificada por una enfermedad o trastorno, está no tratada ni controlada.

Con la ayuda de los medicamentos antipsicóticos y las terapias psicológicas más modernas, los síntomas pueden controlarse de modo a que interfieran lo menos posible con el día a día de la persona, consiguiendo llevar una vida totalmente normalizada. Son muchas las personas que han conseguido avanzar a pesar de su esquizofrenia y han disfrutado de vidas felices y plenas, e incluso, tú conozcas a alguien de tu entorno más próximo, que no se atreva a decir que tiene “Esquizofrenia” por miedo a que le tengas miedo, aunque en realidad siga siendo la misma persona de antes, tras contártelo. Contar con el apoyo de la familia y amigos/as es fundamental para que las personas que tienen este trastorno puedan continuar integradas en la sociedad y ser felices.

Las consecuencias del estigma sobre las personas con esquizofrenia y la salud mental se reflejan en diversos aspectos: falta de recursos en los servicios de salud mental, problemas en la vivienda, dificultad en la obtención o mantenimiento de puestos de trabajo remunerado o claras muestras de aislamiento social.